Sinopsis:
Un centenar de cardenales acuden al Vaticano para asistir al Cónclave del que saldrá elegido el nuevo Papa. Pese a las infranqueables medidas de seguridad dos de ellos aparecen asesinados siguiendo un macabro ritual. La psiquiatra criminalista Paola Dicanti, ayudada por el padre Anthony Fowler, deberá atrapar a un asesino en serie cuyo objetivo son los jerarcas de la Iglesia. Oficialmente las muertes de los cardenales no están ocurriendo y Paola se enfrentará a un juego mortal donde nada es lo que parece con los ojos del mundo entero puestos sobre la Ciudad Eterna.
Con lo mucho que he disfrutado de las últimas novelas de Juan Gómez-Jurado, me he animado a leer sus anteriores trabajos. Cronológicamente, esta es su primera novela publicada. Lástima no haberlo conocido antes porque no me habría pillado por sorpresa su éxito actual.
La novela resulta adictiva: combina entretenimiento con documentación para avalar la ficción que relata. De hecho, abundan las notas a pie de página con información sobre lo narrado. Según él autor, las tuvo que recortar a instancias de la editorial. Una lástima, porque los datos que aportan son interesantes y reveladores.
Los personajes están bien construidos y, aunque daría pie para ello, el autor huye del maniqueísmo, tanto entre los representantes de la ley como en los antagonistas. Creo que uno de los protagonistas, el padre Fowler, aparece en otra novela de Juan Gómez-Jurado, que será la próxima suya que lea.
El Vaticano es fuente de intrigas, misterios, juegos de poder, todo combinado con la religión que influye en millones de personas en el mundo. Si a ello añadimos un asesino en serie, es el caldo de cultivo ideal para un thriller que no da respiro.
Aprende, Dan Brown.
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