Sinopsis:
Es primavera y toda la familia está alborotada por el inminente compromiso de la querida hija mayor, Marcella, quien, por su parte, sólo espera casarse rápidamente con un simpático chico de clase media, Giulio, y librarse por fin de esa incómoda familia.
El martes de la semana pasada, después de tener que posponerlo por una razón u otra varias veces, invité a mi amiga Nati al cine, gracias a dos entradas que me habían tocado. Eran para la película italiana Siempre nos quedará mañana. Iban acompañadas de tres novelas de la misma nacionalidad, que a saber cuándo leeré.
En cuanto a la película, protagonizada y dirigida por Paola Cortellesi, fue un taquillazo en su país. En blanco y negro, aspira a una reinterpretación de aquellas comedias del neorrealismo italiano, aunque aquí el telón de fondo, el maltrato físico y psicológico de la mujer a mediados del siglo pasado, no mueva a la sonrisa precisamente. No obstante, tiene el acierto de no mostrar la agresión a las claras en la pantalla sino que los camufla en una especie de números musicales coreografiados. Además de la violencia de género, refleja la anulación de la mujer, cuyas opiniones no debe expresar porque no sirven de nada, ni siquiera las de las mujeres de clase acomodada. A pesar de lo que pueda parecer, salimos contentas del cine por la ternura y la esperanza que destila. Mucho se ha avanzado, sí, pero queda tanto...
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