Sinopsis:
El Imperio Galáctico ha terminado de
construir el arma más poderosa de todas, la Estrella de la muerte, pero un
grupo de rebeldes decide realizar una misión de muy alto riesgo: robar los
planos de dicha estación antes de que entre en operaciones, mientras se
enfrentan también al poderoso Lord Sith conocido como Darth Vader, discípulo del
despiadado Emperador Palpatine. Film ambientado entre los episodios III y IV de
Star Wars.
En todo este tiempo que he tenido el blog abandonado,
he visto, leído y vivido unas cuantas cosas de las que quería dejar constancia
antes de que acabase el año. Dudo que me dé tiempo a todo pero la parte que
pueda irá por orden cronológico.
Así, el viernes 17 no faltamos al cine para ver Rogue
One: una historia de Star Wars. Lamento
no compartir el entusiasmo de la mayoría de seguidores de la saga, la verdad es
que hubo momentos en que me aburrí soberanamente. Para empezar, la oscuridad que
predomina incluso me pareció un defecto de la cinta al principio. Me costó
mucho identificarme con esos personajes, a cuya pareja protagonista los veo
carentes de química, por muy bien que me caiga Diego Luna. Mads Mikkelsen está
muy desaprovechado. Lo que me pareció un puntazo fue la recreación de Peter Cushing,
mi primer Sherlock. Junto a él, fueron los referentes a las películas que
conocemos los que más me llegaron al corazón. Me temo que me pesa demasiado la
nostalgia. Quizá por eso no me disgustó tanto la denostada El despertar de la fuerza y la de ahora no ha logrado conectar conmigo. También tiene que ver que
me están contando una historia que ya conozco, con lo que el factor sorpresa
está completamente perdido: ya se sabe cuál será el final de los personajes que
no aparecen en Una nueva esperanza.
Me sabe mal no haber disfrutado de ella. Quizá cambie
de opinión en otro visionado, quién sabe.
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