lunes, 2 de septiembre de 2019

Objetivo: Washington D.C.



Sinopsis:
El presidente de los Estados Unidos, Allan Trumbull queda en coma tras un intento de asesinato. Su siempre confidente, el agente secreto Mike Banning, es injustamente acusado de perpetrarlo. Retenido por los suyos, Banning logra escapar de la custodia policial convirtiéndose en un fugitivo.
Al margen de la ley y de su propia agencia, Banning tendrá que encontrar a los verdaderos culpables, aliándose esta vez con la persona más inesperada... Ahora su objetivo es limpiar su nombre, proteger a su familia y salvar, sin el apoyo del FBI, al país de un peligro inminente.


Tras Objetivo: la Casa Blanca y Objetivo: Londres nos llega Objetivo: Washington DC, título absurdo porque no refleja el argumento de la película. Inconveniente de traducir libremente la primera de la saga y querer continuar con la marca para que el espectador identifique lo que va a ver.

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No le costará mucho: pocas veces he visto un planteamiento tan previsible en cuanto a los villanos. Ya podrían haberse currado un mínimo de misterio. Supongo que el mayoritario público estadounidense prefiere todo bien masticado, para que las neuronas no se les derritan en los últimos coletazos del verano.

Da igual. Yo a Gerry le compro todas las entregas de esa bestia parda llamada Mike Banning, que lo mismo sirve para lucir traje que para ir hecho un Ecce Homo, pobrecito mío. Creo que corre sangre valenciana por sus venas porque va de mascletá en mascletá, cómo le gusta la pólvora a la criatura. Claro que de casta le viene al galgo, con un padre en la ficción como Nick Nolte.


Lo mismo que aplaudo esa decisión de casting critico la de Piper Perabo como esposa de Banning. Ojo, que no tengo nada en contra de la actriz, pero no me gusta que sea más joven que su predecesora. Gerry, que se te ve el plumero de hombre maduro cerca de la cincuentena. ¿Será por la edad que nos priva del habitual plano pecho lobo, tan codiciado por las fans?, me preguntaba mientras veía la película. No, que Gerry nos quiere mucho y no nos decepciona.

Cediendo a la moda de las escenas postcréditos, sin hacernos esperar apenas, aquí nos regalan una que es de lo mejorcito de la película, pura comedia, con el obsequio del susodicho plano, the money shot. Gracias.

1 comentario:

carolina dijo...

Hombre, si nuestro agente favorito tuviera que custodiar al actual presidente de los USA, digo yo que a lo mejor se le enciende una lucecita y, en lugar de poner ese pecho lobo para detener la proverbial bala, se le puede ocurrir apartarse discretamente para que el villano de turno haga su trabajo. O se le puede escapar un tirito tonto y, ¡oh, diomío, que me he cargado al presi!
Pero vamos, Mike, que sólo es una idea.