Sinopsis:
El oscarizado director Ron Howard, basándose en un guión de Peter Morgan, cuenta la electrizante batalla entre Richard Nixon, el desacreditado presidente con un legado que salvar, y David Frost, una personalidad de la jet-set televisiva en busca de la fama, a través de la historia que nunca se supo y que les cambió a ambos.
En los tres años siguientes a verse obligado a dejar la Casa Blanca, Nixon permaneció en silencio. Sin embargo, en el verano de 1977, el astuto y frío ex presidente aceptó conceder una única entrevista y contestar a preguntas acerca de su mandato y del escándalo Watergate que acabó con su presidencia. Nixon sorprendió a todos al escoger a David Frost como confesor televisivo, seguro de que podría con el alegre presentador británico y se ganaría los corazones y las mentes de los estadounidenses.
El equipo de Frost no estaba seguro de que el periodista fuera capaz de llevar a Nixon adonde quería. Pero en cuanto empezaron a rodar, la batalla comenzó. ¿Podría Nixon eludir las preguntas acerca de su papel en una de las mayores vergüenzas sufridas por la nación? ¿Exigiría Frost respuestas claras del hombre que llegó al poder por ser el maestro de la evasiva? Durante la entrevista, cada uno revela sus inseguridades, personalidad e inesperadas reservas de dignidad, para llegar por fin a una asombrosa exhibición de sinceridad.
El desafío: Frost contra Nixon es una película inteligente, amena y bien hecha. Todo un lujo para los tiempos que corren. Narrada en forma de falso documental, logra entretener aunque a priori ni los personajes ni la situación que narra nos resulten cercanos. Lo mejor del film es, sin lugar a dudas, los actores, quienes realizan un trabajo magistral: Frank Langella como el político que consigue que nos olvidemos del escaso parecido físico entre él y Nixon, y Michael Sheen como el reportero. El final es emocionante, con una lucha dialéctica entre los protagonistas que llega a emocionar.
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