Sinopsis:
Magdalena, hija de Don Nuño Manso de Jarama, está enamorada de Don Mendo, un noble pobre con quien mantiene relaciones secretas. El padre de la joven decide casarla con un rico privado del Rey, Don Pero. Ella, que quiere ascender socialmente, acepta sin decirle nada a Mendo ni a Pero. Por ello, cuando éste último los descubre, Mendo se autoinculpa de robo y acaba encarcelado y condenado a muerte. Un amigo de él, el Marqués de Moncada, le rescata, dándole así oportunidad de llevar a cabo su venganza.
Supongo que de niña vería en televisión alguna representación o película de esta divertida obra. En la carrera tuve que leer la genial creación de Pedro Muñoz Seca y me reía a medida que pasaba las páginas. Por cierto, en el examen no cayó ninguna pregunta al respecto, lo que prueba lo ninguneado de la comedia pura, como subproducto literario, cuando hay que tener mucho talento para crear una obra así.
Hace años tuve la ocasión de verla en el Teatro Principal de Alicante, protagonizada por el sin par Raúl Sender. Me pregunto qué será de él, desaparecido para el público desde hace tiempo. Lo saludé al final de la representación y me firmó aquel libro que leí en la Universidad.
La obra que hoy reseño me hizo recordar lo anterior y volver a reír con la parodia del drama de honor y los juegos de palabras tan ingeniosos.
Ángel Ruiz, al que últimamente hemos visto como Federico García Lorca en El Ministerio del Tiempo, encarna con talento y una tremenda vis cómica a un Don Mendo más joven de lo que se le solía representar.
La única pega que le pongo es lo pobre de la escenografía.
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