Sinopsis:
La historia refleja la vida de Julia, Elsa y Amelia, tres amigas que un día decidieron comenzar a caminar juntas una vez por semana. Lo que empezó por ser una mera distracción y una forma de hacer ejercicio se ha terminado por convertir en una necesidad. Porque esos paseos les sirven también para estar informadas de lo que a cada una de ellas les ocurre. Poco a poco irán descubriendo que la amistad no es siempre idílica, que en la amistad también se guardan secretos y se recurre a la mentira.
El título se refiere a la condición que adquirimos la mayoría de las mujeres cuando cumplimos medio siglo de vida. Invisibles, a la vista de los hombres, sobre todo, es lo que parece deducirse de la película.
Excepto este punto, que no es que lo considere falso sino accesorio, la película me ha gustado por el retrato de tres mujeres de mi edad, con las que en mayor o menor medida es fácil identificarse. Trata temas tan diversos como el deseo sexual tras la menopausia, el techo de cristal, la dificultad de encontrar trabajo pasados los cincuenta, el acoso escolar, el suicidio, la depresión, los segundos matrimonios con hijos ajenos,...
Por encima de todos ellos, la importancia de las amigas, aunque se discuta y se pelee. Las mujeres necesitamos a nuestras congéneres para contarnos nuestras cosas, para animarnos y aconsejarnos.
Esas conversaciones vertebran la película mientras las protagonistas hacen deporte y pasean por un parque. Sería fácil pasarla a una obra de teatro.
Estupendo trabajo de Adriana Ozores, Emma Suárez y Nathalie Poza, con la experta dirección de Gracia Querejeta.
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