Sinopsis:
Lars y Sigrit son dos músicos islandeses desconocidos que tienen delante la oportunidad de su vida: representar a su país en el concurso musical más importante del mundo. Ahora podrán demostrar que hay sueños por los que vale la pena luchar.
No me decidía a ver esta película porque Will Ferrell me resulta difícil de tragar. Una vez me animé no me arrepentí pues encontré otros atractivos en esta mezcla de sátira y devoción al Festival de la Canción de Eurovisión, tan denostado por muchos y tan adorado por menos.
Hay que amarlo un poco para constatar todos los detalles, desde las puestas en escena exuberantes hasta el vestuario, que va de lo hortera al brillibrilli pasando por los que se deshacen de prendas de vestir en la coreografía, por no hablar de lo ridículo de la mayoría de las canciones, cortadas por el mismo patrón, aunque a veces surjan joyas como la de Salvador Sobral, que hace un cameo.
Una de las mejores escenas de la película - por no decir la mejor- es el medley interpretado por algunos de los ganadores y candidatos de Eurovisión de los últimos. Alexander Rybak (ganador en 2009), Loreen (ganadora en 2012), Conchita Wurst (ganadora en 2014), Jamala (ganadora en 2016), Netta (ganadora en 2018), Jessy Matador (Francia 2010), Elina Nechayeva (Estonia 2018), Bilal Hassani (Francia 2019), Anna Odobescu (Moldavia 2019) y John Lundvik (Suecia 2019) entonan juntos una maravilla de popurrí que incluye los temas Believe (Cher), Ray of Light (Madona), Waterloo (Abba),Ne partez pas sans moi (Celine Dion) y I Gotta Feeling (The Black Eyes Peas) que deleita tanto a los eurofans como al resto de los espectadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario