Sinopsis:
Ha pasado ya un tiempo desde que la inspectora Amaia Salazar se enfrentó a su madre. Pero a pesar de que tanto la Guardia Civil como el juez Markina dan por cerrado el caso, Amaia siente que no está libre de peligro. La muerte súbita de una niña en Elizondo resulta sospechosa y los análisis forenses llevan a Amaia a investigar otras muertes de origen similar que conducirán a la inspectora a la resolución final de los sucesos que han asolado el valle de Baztán.
Por fin he podido ver la tercera película que cierra la trilogía del Baztán, basada en las novelas de Dolores Redondo. Se tendría que haber estrenado en cines en primavera, pero la pandemia lo impidió. Netflix la compró y en la plataforma está siendo un éxito.
Las tribulaciones de la inspectora Amaia Salazar continúan, sus demonios interiores y exteriores la siguen acechando. Como no es superheroína sino humana, la vemos fallar y cometer un grave error, que descubrí en la segunda entrega.
Marta Etura parece haber nacido para el personaje. Lo cierto es que todo el elenco está estupendo. El último que me chirría un poco es Leonardo Sbaraglia, no por falta de cualidades actorales y físicas, que las tiene sobradas, sino quizás por su acento argentino que no concuerda con el juez Markina. Manías mías.
Por lo demás, un digno final para la trilogía, que demuestra que en España hay grandes talentos tanto en literatura como en cinematografía.
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