¿Puede una persona que se cruza por azar en nuestra vida decirnos algo que nos marque para siempre? Patricia es una joven modelo de pasarela cuya vida parece marcada por el éxito. En un vuelo de trabajo conoce a Viviana, su compañera de asiento, que le advierte que tenga cuidado porque alguien de su entorno desea su muerte. Descreída y nada supersticiosa, cuando Patricia regresa a la felicidad de su hogar decide olvidarse de esta recomendación sin fundamento. Hasta que una serie de fortuitos accidentes, que afectan a su trabajo y a su vida privada, la llevan a buscar a Viviana para encontrar una explicación a estos sucesos.
No escarmiento. Normalmente las novelas agraciadas con el Premio Planeta dejan mucho que desear, en mi opinión al menos. Sin embargo, el ganador de 2012, Lorenzo Silva, me encantó, de modo que le di una oportunidad al de 2013. Craso error. Lo malo es que mi masoquismo me impidió dejar la lectura a las pocas páginas, que es lo que debería haber hecho. Quizá la acabé porque la tipografía era grande, no porque me interesaran las absurdas peripecias de una joven modelo triunfadora. El problema no es que el personaje sea poco interesante a priori sino que la autora carece de la gracia de implicarnos en sus vivencias.
Curiosamente, al día siguiente de acabar la lectura, gracias a Juanfra vi la peli Presentimientos, basada en una novela –que no he leído- de la misma autora. La estructura de saltos en el tiempo con su mezcla de recuerdos me recordó a la que me ocupa aunque me pareció mejor, no sé si por propio mérito de la novela o por la adaptación cinematográfica.
A ver quién se lleva el Premio Planeta de Novela 2014. ¡Y pensar que son 600.000 euros del ala!
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