Este
año no han interferido los actos festeros con los partidos del mundial
de fútbol. Qué papel tan lamentable el de la selección española. Ahora
toca la afición tan patria
de echar balones fuera, nunca mejor dicho, y buscar culpables. Para no
ser menos, voto por Florentino Pérez y ese acto tan rastrero de
proclamar que había contratado un subordinado cuando este tenía un
contrato vigente con otro colectivo. Luego llega el jefe
de este y, por huevismo, lo despide.
Añádasele que los futbolistas, más
preocupados por sus peinados y sus tatuajes, no han estado finos en
absoluto y llegamos al ridículo de no pasar de octavos, algo a lo que los
millennials no están acostumbrados.
1 comentario:
Mi acreditado gafe para el fútbol no ha tenido nada que ver en el fiasco de la selección. Proclamo. (Parafraseando a Forges)
Que conste que no vi ningún partido.
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