El miércoles 21 fue el cumpleaños de Rosa, pero lo celebró dos días antes porque es el lunes cuando su negocio de comidas para llevar descansa. Nos invitó a comer en un restaurante al que no había ido desde que lo habían traspasado y lo cierto es que nos gustó tanto la comida como el trato, en especial que nos preparasen una mesa redonda para que todas nos viéramos las caras. La pena es que la madre de Encarni se encontraba indispuesta y nuestra amiga nos tuvo que dejar. Se la llevaron en una ambulancia para hacerle unas pruebas y al día siguiente la operaron de la vesícula. Ya le han dado el alta, gracias a Dios..
A la cumpleañera le regalamos, por petición propia, un pijama, al que añadimos unas zapatillas de estar por casa y un fular, todo chulísimo. Para dejar descansar a la repostera oficial, fue Leonor la que se encargó de elaborar la tarta, una de zanahoria, tan espectacular que no tenía que envidiar a las de la especialista. Lo pasamos en grande, porque la fiesta continuó con la entrega de los regalos de la amiga invisible, que contaré otro día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario