Que el mundo es un pañuelo es una máxima cuya veracidad no hay que poner en duda.
En el rellano del teatro antes de entrar a ver Los puentes de Madison, me encontré con Rosa, una gaditana a la que conocí en un viaje a Asturias.
Precisamente en el mismo viaje conocí en persona a mi amiga Mabi, con la que sigo en contacto por whatsapp diariamente desde entonces. Al contarle que me iba a Madrid el viernes 16, me respondió que estaría en la capital al día siguiente en un viaje relámpago. Hizo lo imposible por que pudiéramos coincidir unos minutos en mi hotel, lo que me dio muchísima alegría.
Ojalá las vuelva a ver algún día.
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