Sinopsis:
En la oscura y futurística ciudad neo-victoriana de Burge, una serie de sucesos harán que la fantasía negra se mezcle con la realidad. Burge se ha convertido en un refugio para las criaturas de fantasía que han huido de sus respectivos mundos asolados por la guerra. Pero todo se complicará cuando un peligroso asesino en serie comience a dar caza a los no humanos. El inspector de la policía Rycroft Philostrate será el encargado de investigar el último caso: el asesinato de una bailarina. y aunque el inspector trate de no involucrarse personalmente en el caso, pronto descubrirá que no es fácil separar los sentimientos del trabajo.
Estuve a punto de no acabar la primera temporada de esta serie porque los episodios iniciales no me terminaron de convencer. Poco a poco me fui sumergiendo en el universo feérico donde conviven humanos con criaturas especiales como hadas y faunos. Tal dualidad propicia tratar temas como el racismo, la xenofobia, la inmigración, la sinrazón de la guerra que confina a los perdedores a una especie de esclavitud.
Ambientada en una época ficticia parecida a la decimonónica, parece mentira que los temas estén tan de actualidad, por desgracia.
Que conste que no me ciega la pasión, ya que Orlando Bloom nunca ha sido santo de mi devoción, ni siquiera de elfo ni de pirata del Caribe. Por el contrario, me rindo a la belleza de Cara Delevingne y su rostro tan preciosísimo.
Sin haber llegado a entusiasmarme, quizá dé una oportunidad a la segunda temporada cuando la emitan.
