miércoles, 28 de agosto de 2013

Con mis amigas Ana y Esperanza



Aquí estoy con mis amigas extremeñas, Ana y Esperanza, en Alboraya, donde pasaron la semana pasada. Las conocí en 1997, en un viaje para discapacitados (el primero que realicé) donde recorrimos en autobús Europa Central. La de peripecias y recuerdos que guardo de él y cómo nos reímos rememorándolo. Desde entonces hasta ahora, hemos coincidido en otros viajes, como Escocia e Inglaterra, y Lanzarote. También nos desplazamos en otras ocasiones a Benidorm y a Almuñécar para verlas.

Mi intención era ir un día a verlas a Alboraya, comer con ellas y regresar a casa el mismo día: al fin y al cabo, es un trayecto de solo dos horas. El problema es que todos los días tenían actividades y excursiones previstas y me sabía mal que renunciaran a ellas. Tenían libre la tarde del viernes, víspera de su partida, pero me parecía muy precipitado y pesado para Pedro ir y volver en pocas horas. Se me ocurrió mirar en buscadores de hoteles a ver si quedaba habitación en el mismo en que se alojaban ellas. Como el precio no me pareció excesivo, contraté pensión completa, así que comimos y cenamos con ellas, además de la hermana y el cuñado de Ana, que las acompañaban.
Resulta que Alboraya es famosa por la horchata. Con lo golosa que soy, casi es inexplicable que no me guste, al igual que me pasa con el arroz con leche. Era obligada la visita a la horchatería Daniel, la más famosa de la zona. En lugar del derivado de la chufa, me tomé un granizado de limón que era pura delicia, con el punto exacto de equilibrio entre lo ácido y lo dulce.

En fin, que me encantó pasar el día con mis amigas y espero volver a verlas cuando la ocasión sea propicia.

4 comentarios:

Johnny dijo...

Repito la envidia que me dan por compartir charla y bebida, pero sé que algunas fueron a mi salud :)
Recordar es vivir y es bueno de vez en cuando echar un vistazo a lo que hemos pasado, sobre todo si es con buenos amigos.

Juanfra dijo...

Siempre se agradece una reunión con amigas. A mí tampoco me gusta la horchata, quizá si fuese de otro color...

ana dijo...

Pues la granizada de horchata con el suspiro de café ( así se llamaba) estaba buenísimo, y no me gusta la horchata.

Mari Pau dijo...

A mí la horchata me encanta, con el color que sea y con suspiro o sin él. Y estáis bien guapas tomándola.