Narra las divertidas aventuras de tres amigos que recorren Australia a bordo de un desvencijado autobús al que bautizan Priscilla, representando su espectáculo drag en busca del amor y de la amistad. Su fantástica banda sonora reúne los mejores éxitos de la historia en las pistas de baile, desde Tina Turner a Madonna.
El viernes por la tarde la mayor parte del grupo nos fuimos a ver este musical tan divertido y a la par tan emotivo con su punto desvergonzado. Es un canto a la tolerancia, al respeto por lo diferente y al buen rollo en general.
En el plano visual, es espectacular, con 23 cambios escenográficos, 40 artistas, 500 trajes, 200 pelucones, unas coreografías irresistibles y un autobús de 10 metros de longitud y 6 toneladas de peso totalmente robotizado.
Si hablamos de música, es una gozada. La mayoría de éxitos discotequeros de los 80. Me los canté a voz en grito, sabedora de que, con la música alta, nadie me oiría berrear. Para empezar, el glorioso I Will Survive (véase vídeo), con otros pelotazos filogays como Go West, Boogie Wonderland, Don’t Leave Me This Way, Material Girl, What’s Love Got To Do…, Like A Prayer, Like A Virgin, It's Raining Men, Hot Stuff, Finally o I Say A Little Prayer, por poner unos ejemplos.
Estaba un poco preocupada porque en nuestro grupo había señores de la tercera edad, de la vieja escuela por así decirlo, y temía que no acabaran de simpatizar con el trío de lenguaraces y procaces drags. Me alegré de equivocarme: si no les gustó, al menos no lo manifestaron.
1 comentario:
Seguro que estaba genial, aunque creo que no lo cambio por la función a la que Conchi y yo fuimos el sábado por la noche. Ella sabe por qué.
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