El sábado pasado fuimos a ver a la madre de Pedro. Tras recogerla, nos dirigimos a la localidad vecina de Moraira, con playa y por consiguiente turística, pero no de turismo de marcha y borrachera sino de guiris tranquilos y de posibles, de ahí la clavada por tres cervezas y una Coca-Cola.
Ya que había cargado con la pamela, quise hacerme unas fotos en plan postureo costero. Mi cuñada me acompañó los pocos metros que faltaban hasta la playa, me tomó las fotos y volvimos raudas hasta el coche para ir a comer a un wok. Pese a que el surtido de postres dejaba que desear, no comimos nada mal
1 comentario:
¡Oig, con pamela y todo! Ya veo que estabais en un lugar de posibles, ya. Clavadas aparte, claro :(
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