lunes, 27 de noviembre de 2017

Sleepwalker


Sinopsis:

Preocupada por episodios de sonambulismo y pesadillas inquietantes, la estudiante de posgrado Sarah Foster va a su centro de investigación de sueño de la universidad en busca de ayuda. Pero cuando se despierta después de su primera noche de seguimiento, el mundo en el que vive parece haber cambiado en formas sutiles, al estilo de Twilight Zone.

Mis amigas del Armitage Army me mantienen al tanto de los trabajos del caballero de sus desvelos. Como no me supone el menor sacrificio, más bien al contrario, los veo y los comparto por aquí.
Gracias a mi amiga Rosa, he podido ver este, aunque al principio no me atrevía porque carecía de subtítulos. No tardé en decidirme, con un par, y no me arrepentí. Es un inglés estándar que se entiende muy bien. La trama, no tanto.


Pronto nos percatamos de que algunas secuencias han de ser por fuerza oníricas. El problema reside en dilucidar cuáles. Los criterios de vestuario y localizaciones acaban por hacer aguas: al final me despreocupo de lo que pasa y prefiero disfrutar de la presencia del inglés la primera vez que lo veo en un papel romántico. Su doctor White va a ocupar un lugar destacado en la lista de mis doctores favoritos, aunque por detrás de Steven Strange.




Quiera o no, la historia me sigue importando, así que presto atención al desenlace. Para que me casen todas las piezas, lo vuelvo a ver. Aun así, no me acaba de cuadrar todo. Siempre critico el exceso de explicaciones masticadas pero esta vez habría agradecido un poco más de claridad. No sé si achacarlo a la falta de subtítulos, a la pérdida de facultades o a fallo de guion. O puede que el propósito de la cinta era extender la bruma al espectador. Si es así, lo consigue.

Supongo que en un futuro la revisaré, por muy cansina que me resulte la protagonista y sus modelitos imposibles. Menos mal que Richard Armitage vale el esfuerzo.



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