En las pasadas fiestas de San Pedro, por una vez, no molestaron para dormir la música proveniente de verbena o sedes de comparsas, ni tampoco los trabucazos matutinos. No porque no se produjesen ni conllevasen un subidón de decibelios, sino que hacía tanto calor que nos vimos obligados a cerrar puertas y ventanas, y poner el aire acondicionado. De ahí que no oímos ruidos. En fin, no hay mal que por bien no venga, siendo optimistas.
Estos días es peor, pero no os quiero cansar con el agobio de calor. Ya que, por desgracia, no gastaré en viajes, pagaré el consumo de aire acondicionado que tenemos enchufado no solo toda la noche para poder conciliar el sueño sino casi todo el día también.
1 comentario:
Y cuando vuelvan a cambiar las tarifas habrá que contratar al del código DaVinci para que nos lo descifre.
Tengo entendido que recomendarán que se haga un mayor consumo en la franja horaria más barata: entre las 12 de la noche y las 3 de la mañana, más o menos.
Lo contentos que nos vamos a poner todos cuando el personal empiece a poner lavadoras y pasar la aspiradora a las tantas de la noche. Terminaremos matándonos entre nosotros, habida cuenta de cómo las gastamos en nuestras relaciones vecinales. Con lo cual, ya de paso, se acabará el problema de la factura de la luz. Muerto el perro, muerta la rabia.
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