Sinopsis:
Cuando su mentor y amigo Peter Solomon, director del Instituto Smithsonian, es misteriosamente secuestrado, Robert Langdon debe emprender una carrera contrarreloj para descifrar una serie de enigmas que lo sumergen de lleno en una conspiración con tintes masónicos. La investigación de la desaparición le lleva a reencontrarse con una vieja amiga: Katherine, la hija de Peter y el vínculo más cercano para seguir la pista a su padre. Ambos tendrán que echar mano de sus conocimientos y una buena dosis de sangre fría si quieren salvar a Solomon y evitar que uno de los secretos mejor guardados de la Historia caiga en las manos equivocadas.
En 2010 os reseñé la novela de Dan Brown en la que se ha basado la serie. Releyendo aquellas palabras, parece ser que el libro no me impactó. Tampoco la serie, adelanto.
Al menos soluciona uno de los problemas que siempre he detectado en las adaptaciones cinematográficas: por mucho que aprecie el trabajo actoral de Tom Hanks, nunca lo he visto como Robert Langdon. El actor que aquí lo encarna, Ashley Zuckerman, me resulta desconocido y, por tanto, lo puedo identificar con el protagonista, a pesar de parecerme bastante soso.
Como es habitual en mí, no me acordaba del libro, ni siquiera conforme la trama avanzaba. Lo extraño es que sí me vino a la memoria la resolución de uno de los misterios principales.
Ignoro si habrá planes de adaptar a la televisión el resto de novelas de Dan Brown que no han sido llevadas al cine, pero no sería de extrañar.
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