lunes, 14 de marzo de 2016

Burnt



Sinopsis:
Tras perder el prestigio por culpa de su carácter y sus problemas personales, el chef Adam Jones (Bradley Cooper), pasado un tiempo, abre con su antiguo equipo un nuevo restaurante con el objetivo de alcanzar la perfección y conseguir las tres estrellas Michelin. 

No sé si alguna vez os he mencionado mi tirria a programas de cocina en cualquiera de sus variantes. Aun así, di una oportunidad a esta película, más que nada por Bradley Cooper. Error. Para ver por enésima vez a un cocinero endiosado, mejor me quedo con El chiringuito de Pepe que, al menos, no se toma tan en serio.

No logro entender esa devoción por la cocina de elite, esa tan minimalista que hay que mirar con microscopio. Estará muy bueno -no quiero poner en duda lo que desconozco-, pero aseguro que mi paladar no es tan sofisticado como para apreciar sabores en miniatura.

Retomando la película, no aporta nada nuevo: la repetida historia de un genio (chef en este caso, pero lo mismo serviría estrella de rock, deportista, pintor,...) que triunfa, lo pierde todo por una adicción y renace de sus cenizas.

Bradley, muy guapo, sí, pero sus ojazos no son motivo suficiente para ver la película.

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