Sinopsis:
Ha desaparecido Lucas, el niño más famoso de España. Con más de un millón de seguidores en redes sociales, protagoniza un popular anuncio de galletas junto a Sweet Bunny, un enorme y enigmático conejo de peluche blanco. Candela, una teniente de la Guardia Civil en plena crisis vital, toma las riendas del caso y comienza una trepidante cuenta atrás para determinar si se trata de un secuestro, un caso de violencia vicaria o si podría estar relacionado con los peligros del sharenting -la exposición de menores por parte de sus padres en internet-.
Pablo Rivero se va labrando un nombre de peso en la literatura negra, cada vez más oscura y asfixiante si cabe. Esta novela supone un salto adelante desde Las niñas que soñaban con ser vistas, con la que comparte ciertos rasgos, además de alusión a personajes aparecidos no solo allí sino en sus otras creaciones. Creo que sus escritos se van a enmarcar en un universo riveriano a tener en cuenta.
Uno de los rasgos comunes a los que me refiero es la sobreexposición en redes sociales. Si en la anterior las protagonistas eran adolescentes, aquí se habla de niños pequeños, lo que es más grave si cabe. De esa gravedad nos damos cuenta los lectores por los propios hechos, sin que sea necesario que el autor nos aleccione sobre ello. Este es el fallo que le achaco, que convierta su narración en una novela de tesis.
Seguiré leyendo lo que escriba Pablo Rivero.
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