Sinopsis
Mucho antes de ascender al trono, la joven Isabel Tudor, era una adolescente huérfana que se vio envuelta en la política y la política sexual de la corte inglesa. La muerte del rey Enrique VIII hace que su hijo Eduardo, de nueve años, asuma el trono, poniendo en marcha una peligrosa lucha por el poder cuando Isabel, Eduardo y su hermana María se encuentran como peones en un juego entre las grandes familias de Inglaterra y las potencias de Europa que se disputan el control del país.
Ahora que ya he comenzado las clases propiamente dichas, mi tiempo de ocio, como es lógico, se ha visto reducido drásticamente. Aun así, he terminado de ver la miniserie Becoming Elizabeth. Ahora que la segunda monarca de su nombre ha fallecido, aquí vemos la evolución de la futura Isabel I, desde la muerte de Enrique VIII hasta la de su hermano, lo que desencadenará la discordia entre ella y María. Como buena serie británica, todo está sumamente cuidado, desde las interpretaciones hasta la ambientación. Me ha encantado la iluminación para reflejar la luz de cirios y hogueras.
Lo que me ha tocado un poco las narices es, supongo que en pro de la cacareada diversidad, el hecho de que el embajador de España en la corte inglesa sea de raza negra. Veamos: está claro que es una serie y no un documento histórico, pero aun así me chirría una barbaridad. No se me ocurre que el muy estirado Felipe II mandara a un negro, quizás considerado poco menos que un salvaje, como su máximo representante en una corte poderosa. Por otro lado, creo que la actriz Romola Garai desempeña con sumo respeto y eficacia el papel de María.
Hay que ver qué partido se les saca a los Tudor, mientras que una historia tan rica a la par que jugosa como la nuestra permanece casi en el olvido mediático.
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