Sinopsis:
Película sobre Gabriele Amorth, un sacerdote que ejerció como exorcista principal del Vaticano, realizando más de cien mil exorcismos a lo largo de su vida. Amorth escribió dos libros de memorias donde detalló sus experiencias luchando contra Satanás.
Sabéis que no soy nada aficionada al cine de terror, pero me llamaba la atención, no sé bien por qué, ver El exorcista del Papa. No obstante, no me acababa de atrever, no fuera a pasarme toda la proyección apartando la vista de la pantalla de puro miedo. Mi amiga Esther, que ya la había visto, me aseguró que si había aguantado la película original de El exorcista, no tendría problema. Pero es que no es igual la tele de casa que la pantalla del cine... Lo cierto es que acertó.
Para terminar decidirme a ir, conté con el apoyo de las Guapetonas Nieves y Encarni, devotas ambas del género de terror. La película bebe directamente de la susodicha, tanto que a veces parece un homenaje explícito. Añade un componente de aventuras en la búsqueda de la resolución del misterio que ocasiona el encantamiento de una abadía segoviana y de la familia estadounidense que llega a habitarla. Tiene cierto regustillo a serie B que le añade gracia, aparte de la divina, claro está.
Lo mejor es Russell Crowe: impagable verlo en sotana montado en Vespa por Roma. Me habría gustado ver la versión original para oírlo hablar italiano.