miércoles, 8 de abril de 2015

Cincuenta sombras de Grey



Sinopsis:
Anastasia Steele es una joven e inocente estudiante de Literatura cuyo curso termina ese mismo año. Como favor hacia su mejor amiga, se verá inmersa en una tarea de periodista que no le agrada demasiado. El encargo consiste en entrevistar a uno de los más prometedores y ricos empresarios del momento: Christian Grey. Apabullada por su carisma, Anastasia caerá rendida a los pies del galán sin ninguna opción de resistirse. Sin embargo, cuando empiecen a intimar, se dará cuenta de que las costumbres sexuales de su pareja de cama no resultan nada convencionales. Ante ella se abre un mundo completamente nuevo de posibilidades, y desde el momento en que ponga un pie dentro del estilo de vida del arrollador Grey, la joven no tendrá escapatoria ante el juego de seducción, poder, sumisión y deseo irrefrenable, que aparece frente a ella. Una historia sobre los límites, la confianza, y el erotismo, bañada por la inocencia femenina de Anastasia y el arrojo masculino de Grey, una de las parejas literarias más famosas del momento. 



Ya hace tres años que os hablé de Cincuenta sombras de Gray por primera vez en este blog. Entonces se trataba de una novela en inglés, surgida al rebufo de Crepúsculo, con la diferencia que era sexualmente explícita. Ni en sus más lúbricos sueños podría la autora haber imaginado entonces que se convertiría en un éxito mundial que la haría multimillonaria.

Como era de esperar, el libro se convirtió en película, una vez superado el escollo de encontrar protagonistas. Charlie Hunnam se echó atrás agobiado por la presión. Salimos ganando con el cambio. Prefiero a Jamie Dornan.

Estaba previsto que las amigas fuéramos juntas al cine. Al coincidir el estreno con mi convalecencia, no me quedó más remedio que verla en Bajanini Channel.



Para empezar, la pareja protagonista son adecuados por separado pero carecen de química juntos. Y eso, en una película romántico-sexual es imprescindible. Me encanta Jamie Dornan pero este no es ni de lejos su mejor papel. Espero que no se le recuerde por él.

El puritanismo imperante en el cine de grandes estudios conlleva que el contenido sexual se haya rebajado. Incluso ha desaparecido el erotismo, el coqueteo, la provocación. Todo bastante light. Desde luego, no me va el sado ni nada que comporte dolor físico, razón por la cual tampoco me haría nunca un tatuaje. De ahí a pensar que esos actos fomentan la violencia de género me parece un poco exagerado. Queda claro que la relación es entre adultos y consentida por ambos. Que Anastasia sea tonta es harina de otro costal.


2 comentarios:

Juanfra dijo...

Desde mi punto de vista, que no he leído el libro, digamos aceptable la película.

Johnny dijo...

Ni muy muy ni tan tan