Sinopsis:
Hugo (Yon González) y Braulio (Julián López), dos jóvenes sin trabajo
en España pese a su formación universitaria, deciden emigrar a Alemania
siguiendo los cantos de sirena de un programa de televisión tipo
"Españoles por el mundo". Pronto descubrirán que sobrar en un sitio no
significa ser necesario en otro y que perseguir el sueño alemán puede
tener mucho de pesadilla.
Por vacaciones de Pascua nos damos el lujo de ir al cine. Pedro quería ver
la última entrega de Fast & Furious. Cómo sería de emotivo el homenaje a
Paul Walker que Pedro confesó que estuvo a punto de escapársele una lagrimilla.
Como las carreras de coches no son lo mío, opté por otra película que concordase en horario. Elegí Perdiendo el norte, el último éxito del cine español.
Al puñado de actores jóvenes, conocidos sobre todo por series de televisión, se les une unos maravillosos veteranos que les dan sopas con honda, como es el caso de José Sacristán, maestro de la interpretación.
Gran parte de su éxito reside en que trata temas afines tanto a la juventud como a los adultos. El drama del paro, que obliga a gran parte de la generación más preparada de España a emigrar, con el falso orgullo de no querer compararse a sus antecesores que dejaron la patria en los años 60, el aparentar por encima de las posibilidades, los nuevos modelos de familia, el drama del Alzheimer, la inutilidad de los españoles para los idiomas, las diferencias de mentalidad entre países nórdicos y mediterráneos, son, entre otros, por encima de la historia amorosa, temas a los que se les saca punta con humor mezclado con pinceladas agridulces.
Cuando al espectador se le dan historias que no insulten su inteligencia acude a los cines. Buena parte de la crisis del cine español reside en que muchas de sus películas son un petardo. Mejor bajarse de nubes pretenciosas e intentar combinar entretenimiento con calidad.
Como las carreras de coches no son lo mío, opté por otra película que concordase en horario. Elegí Perdiendo el norte, el último éxito del cine español.
Al puñado de actores jóvenes, conocidos sobre todo por series de televisión, se les une unos maravillosos veteranos que les dan sopas con honda, como es el caso de José Sacristán, maestro de la interpretación.
Gran parte de su éxito reside en que trata temas afines tanto a la juventud como a los adultos. El drama del paro, que obliga a gran parte de la generación más preparada de España a emigrar, con el falso orgullo de no querer compararse a sus antecesores que dejaron la patria en los años 60, el aparentar por encima de las posibilidades, los nuevos modelos de familia, el drama del Alzheimer, la inutilidad de los españoles para los idiomas, las diferencias de mentalidad entre países nórdicos y mediterráneos, son, entre otros, por encima de la historia amorosa, temas a los que se les saca punta con humor mezclado con pinceladas agridulces.
Cuando al espectador se le dan historias que no insulten su inteligencia acude a los cines. Buena parte de la crisis del cine español reside en que muchas de sus películas son un petardo. Mejor bajarse de nubes pretenciosas e intentar combinar entretenimiento con calidad.
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