martes, 13 de octubre de 2015
Gafas
Me he sentido identificada con la mayoría de razones de esta imagen que solo entenderemos quienes llevamos gafas.
Volviendo la vista atrás -nunca mejor dicho-, empecé a necesitar las gafas a los 16 o 17 años cuando me di cuenta de que no veía bien la pizarra del instituto.
Entonces no me hizo gracia alguna tener que usarlas. Sin embargo, tan pronto me acostumbré a ellas, formaron parte de mí, tanto que hasta creo que me sientan bien y me veo rara sin mis gafas. Si tuviese dinero de sobra, las tendría de muchos colores y modelos.
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