viernes, 12 de diciembre de 2008

Hoy no me puedo levantar

El sábado por la tarde de antes de irnos de viaje Pedro y yo fuimos al Teatro Principal de Alicante a disfrutar del musical Hoy no me puedo levantar. Menos mal que tuve enchufe con la directora ya que las entradas se agotaron en cuestión de horas.

La historia se desarrolla en los años 80 en España. En un pueblo, dos amigos deciden ir a la ciudad para formar un grupo: Mario y Colate. Ambos dejan atrás su vida en el pueblo, y se sumergen en la movida madrileña donde, además de la amistad y el amor, rock, drogas y sida acompañan a los incipientes artistas. El argumento resulta en muchos momentos de lo más simple y algunas situaciones están metidas con calzador sólo para que sirvan de excusa para dar pie a las canciones. Y ahí es donde reside la magia del espectáculo, en los temas de Mecano archiconocidos que han formado parte de la banda sonora particular de nuestra generación, por lo menos sí de mí en concreto.

En los dos actos en los que se divide el espectáculo, que dura más de tres horas, aparecen gran parte de los éxitos del trío. ¿Quién no ha cantado, entre otras, canciones como Hoy no me puedo levantar, Quiero vivir en la ciudad, No hay marcha en Nueva York, Maquillaje, Hawaii-Bombay, Quédate en Madrid, Una Rosa es una Rosa, Mujer contra mujer, Lía, Me colé en una fiesta, No controles, Los amantes, No controles, La fuerza del destino, "Eungenio" Salvador Dalí, Laika, Aire, Perdido en mi habitación, Cruz de navajas, Barco a Venus, El 7 de septiembre, Hijo de la Luna, Un año más, Me cuesta tanto olvidarte o No es serio este cementerio?
Los actores, cantantes y bailarines, todo a la vez, desconocidos para el gran público, son excelentes, con una energía que parece inagotable y que saben transmitir al público, totalmente entregado desde que se levanta el telón. Desde el comienzo se nos advierte que podemos cantar y bailar, que el objetivo final es que lo pasemos bien. Y a fe que lo consiguen. Junto a unas coreografías muy divertidas e innovadoras, no cesan las sorpresas en los dos niveles del escenario e incluso en el patio de butacas. Destacaré, en otro orden de cosas, el cuerpo de baile masculino con unos ídem de impresión que lucían generosamente.

En suma, que nos lo pasamos pipa, quico, patata frita y toda la clase de chucherías que quepa imaginar. ¡Mira que me emocionan a mí los musicales y me levantan el ánimo! Me encantan, no lo puedo evitar.

1 comentario:

maria esther dijo...

Me alegra mucho que te gustara el espectaculo y que lo pasaras tan bien.