lunes, 22 de diciembre de 2008

Tenerife (4ª parte)


De lo mejor del viaje fue las nuevas amistades que entablamos. Como toda la tropa, a excepción de un chico de Valencia y nosotros, salió junta de Madrid, ya se conocían y parecían un grupo más o menos compacto. Pronto vimos que no cuando algunos desertaron a la hora de apuntarse a las excursiones.
Con los primeros que congeniamos fueron Mª Sol y Tomás, una pareja madrileña que llevaban a su hijita, la preciosa Gema, de apenas ocho meses. La ricura y la simpatía de la cría fueron la amalgama de todos los excursionistas, todos pendientes de ella. Yo la llamaba con todo cariño “la falsa moneda, que de mano en mano va y ninguno se la queda”. ¡Si hasta los extranjeros se paraban a hacerle cucamonas! Tomás y Pedro se llevaban muy bien pues compartían el mismo sentido del humor y se la pasaban pipa chichándose mutuamente. Algunas de sus puyas recibió Paco, un valenciano encantador con el que trabamos amistad y eso que tardamos dos días en darnos cuenta de que compartíamos nuestra lengua materna. Con otra pareja, Marisol y Lucas, burgalesa ella y zamorano él, también nos hicimos amigos. Con todos ellos intercambiamos teléfonos y direcciones de correo electrónico y espero no perder el contacto, que a los buenos amigos hay que atesorarlos.
Como vosotr@s.

1 comentario:

Mari Pau dijo...

Esta foto con luces está muy bien.