Si este blog es parte de mi memoria desde hace casi siete años, no puede faltar una alusión a la noticia del día. Aún impactada por la noticia de la abdicación del rey, encaro este lunes. Tan pronto esta mañana la he leído he llamado al conserje para comunicárselo. Hemos tenido una amena conversación sobre política. Hago de la tibieza mi modo de vida, para bien o para mal, y no soy tan antimonárquico ni tan de Podemos como él. Tampoco creo que sería menos feliz si España fuese una república, para qué voy a decir lo contrario. Solo deseo que los cambios sean para mejorar y que se produzcan en las urnas, que cualquier muestra de violencia me aterra.
Durante el desayuno estaba oyendo a unos tertulianos televisivos discutir, cómo no, sobre Podemos (de algo hay que hablar antes de que empiece el mundial de fútbol), de si son flor de un día y de las posibles consecuencias (catastróficas, según ellos) de si llegasen al poder. Tiempo habrá.
Lo que sí he discutido a mi conserje es su opinión de que la abdicación real es una maniobra de distracción para atajar el ascenso de la nueva formación política. Mi conspiranoia no llega a tanto.
1 comentario:
Tal como tú lo dices, si los cambios son para bien, pues bienvenidos sean.
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