martes, 24 de junio de 2014

Solo los amantes sobreviven


Sinopsis:
Ambientada en un Detroit y Tánger románticamente desoladas, Adam, un músico underground profundamente deprimido por la dirección que han tomado los actos de la Humanidad, se reúne con su dura y enigmática amante, Eve, quien no tiene problemas en reconocer su condición de vampiro. Su historia de amor ha prevalecido al menos durante varios siglos, pero su libertino idilio pronto es interrumpido por la llegada de Ava, la salvaje e incontrolable hermana menor de aquella. A medida que su mundo se desmorona a su alrededor, ¿podrán estas astutas pero frágiles criaturas de la noche seguir existiendo antes de que sea demasiado tarde?


Si me preguntáis qué hago viendo una peli de Jim Jarmusch, no sabría bien qué contestar. Supongo que me arrastró la presencia de Tom Hiddleston y su dulce voz. Le acompaña Tilda Swinton, ambos, como el resto de los personajes, con tremendos y horrorosos pelucones. No tenía ni idea de que trataba de vampiros milenarios, decadentes y pasados de vueltas, a caballo entre un Detroit ruinoso y un Tánger crepuscular. Los vampiros hablan lánguidamente sobre ecología, ciencias, música, literatura (¿quién es el verdadero autor de Hamlet?), artes y divagan dos horas sin apenas acción. Es un poco cansina a ratos, sí, pero también momentos cautivadores.

El primer susto me lo llevé, no por los colmillos, que salen poco, sino porque los subtítulos en castellano estaban superpuestos a otros en caracteres orientales. Me entró la paranoia de qué me habrán censurado esta vez. Veo que Tom sale desnudo de perfil tumbado en la cama visto desde arriba y me calmo, pero sé que no me abandonará la sensación de que me pueden haber robado un plano.


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