martes, 31 de mayo de 2016

L’auberge: un hostal en los Pirineos



Sinopsis:
El pequeño pueblo de Fogas en los Pirineos franceses está revolucionado: el Auberge des Deux Vallées ha sido adquirido por una pareja de ingleses en lugar de por el cuñado del alcalde, como estaba planeado. Todo el mundo está horrorizado ante la idea de que unos ingleses regenten un restaurante y se temen los peores desastres gastronómicos. El alcalde Serge Papon quiere venganza y tan sólo unas horas después de enterarse de la noticia empieza a poner en marcha su plan para echar a los recién llegados. Pero lo que el alcalde no sabe es que uno de sus concejales, Christian Dupuy un hombre íntegro, no se lo va a poner nada fácil. Poco a poco otros vecinos del pueblo irán cogiéndole cariño a los ingleses y estos no se verán completamente solos a la hora de enfrentarse al malvado alcalde. 

Una alumna me ha prestado L’auberge: un hostal en los Pirineos, de una tal Julia Stagg. Se trata de una novela de cariz costumbrista, aunque con tintes bastante idealistas. La llegada de unos extranjeros a un país y el consiguiente choque de culturas dan para mucho tanto en literatura como el cine. Aquí se da el caso de unos ingleses que llegan a un pueblecito francés de los Pirineos y que pretenden nada menos que poner un restaurante. ¡Cómo se va a comparar la cocina inglesa con la francesa! Una vez más los ingleses se van a encontrar con gente que abre perfectamente su idioma incluso en un remoto rincón pirenaico. Aquí tiene un pase porque está ambientado en la época contemporánea. A pesar de los antagonistas, por supuesto se impone el sentido de la comunidad y el de ayudarse unos a otros. La  verosimilitud no es el principal rasgo de esta novela aunque se lee con agrado si las expectativas no son muy altas.

Buscando la foto de la portada para ponerla aquí, he leído que la autora ha escrito otra novela que continúa con los personajes de esta. ¡Qué plaga de serialización de la literatura! Si algo funciona económicamente, hay que exprimirlo, está visto.

1 comentario:

carolina dijo...

A veces no viene nada mal ponerse a leer una novela sencilla, con pocas pretensiones y llena de buenos sentimientos. Por cuestiones de salud mental, de vez en cuando hay que aislarse del mal rollito que nos rodea y del cinismo que lo impregna todo.