Sinopsis:
Desde el inicio de los tiempos Apocalipsis, el mutante más poderoso que ha existido nunca, era adorado como un dios mientras acumulaba los poderes del resto de mutantes convirtiéndose en un ser inmortal. Tras miles de años dormido, despierta en un mundo que no le gusta y por ello recluta un equipo, encabezado por Magneto, para acabar con toda la humanidad y crear un nuevo orden mundial. Pero el Profesor X, con la ayuda de Mística, se unirá a un grupo de jóvenes mutantes para tratar de detener al mayor enemigo contra el que se hayan enfrentado jamás.
El sábado fuimos a un centro comercial, comimos y después entramos al cine a ver X Men: Apocalipsis. Mi intención había sido volver a ver días antes en casa la película anterior para tenerla más fresca pero al final, entre unas cosas y otras, no puedo ser. De todas maneras tampoco importó demasiado porque más o menos me acordaba de dónde acabó la entrega previa.
La nueva queda como la una precuela de la primera de la saga. Así vemos a los X Men que conocimos en el 2000 en sus versiones más jóvenes. Está claro que los actores no son los mismos y es muy difícil conseguir el parecido. La chica que hace de Jean Grey es la Sansa Stark de Juego de Tronos, de carita redonda que poco tiene que ver con las acciones tan afiladas de su versión mayor. Cíclope es un chaval muy mono pero me gusta más el adulto, al igual que Halle Berry supera con creces a la joven Tormenta. Nada que objetar por supuesto a las versiones jóvenes de Magneto y el Profesor X. Sin ser de mis preferidos, reconozco que Fassbender tiene su puntazo, y que encima hablando polaco ya se sale. James McAvoy me encanta como Xavier, le otorga una fragilidad, un matiz de vulnerabilidad que casa con su condición de discapacitado y de calvo (aquí se nos explica cómo pierde la cabellera). La pena es que mi querido Lobezno sale muy poco. Además, para conectar cronológicamente con la primera de todas, lleva ese horrible pelucón, pero Hugh Jackman está tan buenísimo como siempre. El que está todavía más desaprovechado es Óscar Isaac, que aparece en El despertar de la fuerza. Aquí es el malvado Apocalipsis y está tan caracterizado que no lo reconocería ni la madre que lo parió allá en Guatemala.
La película está situada en los años 80 y lo cierto es que no aprovecha mucho la ambientación como la setentera de Días del futuro pasado. Podrían haber puesto una banda sonora más acorde con la época. Menos mal que aparece en una escena estupenda la canción Sweet Dreams de Eurythmics.
La película está muy entretenida, por supuesto, y muy bien hecha. Como todas las de la Marvel, no podía faltar la aparición fugaz de Stan Lee. La moraleja recuerda aquella frase de La bola de cristal que decía: “Solo no puedes; con amigos, sí”.
1 comentario:
LA VEREMOS ESTE SÁBADO
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