Sinopsis:
Juraron que no se verían las caras nunca más pero, por una cantidad razonable de dinero, están dispuestos a hacer una excepción. Los hermanos Osorio, glorias olvidadas de la música electrónica de los 90 con el grupo Supergalactic, años después han tocado fondo, totalmente olvidados. Cuando les contratan para ir juntos a dar el pregón en su pueblo natal no imaginan la que se les viene encima. Sus intenciones de llegar, ganar el dinero y salir corriendo se ven truncadas por planes secretos, hordas de fans y tradiciones ancestrales.
Estas páginas son testigos de mi devoción por Andreu Buenafuente y Berto Romero, una pareja cómica de lo mejorcito que hay en el panorama humorístico actual. Su colaboración en el programa de televisión Late Motiv y en el de radio Nadie sabe nada me hace pasar unos ratos muy divertidos a lo largo de la semana. Estaba, pues, deseosa de ver esta primera película suya como protagonistas. Me he acordado mucho de mi sobrina Sonia al verla, pues ambos encarnan a un antiguo dúo de los 90, estilo OBK, cuya estela de éxito desapareció hace mucho tiempo. También se juega con la fábula del ratón del campo y el ratón de la ciudad, y la proverbial brutalidad de la gente de pueblo, tan explotada por los humoristas, adquiere aquí un nuevo giro de tuerca. Los protagonistas están secundados por actores muy buenos, como Belén Cuesta, de la que ya he hablado aquí varias veces, y el también humorista y monologuista Goyo Jiménez.
La película no es redonda, flojea en algunos momentos, pero es óptima para pasar un rato la mar de divertido. Espero que esta pareja repita en el cine. Quién sabe si no llegarán a ser nuevos Pajares y Esteso, adaptados al siglo XXI
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