miércoles, 6 de julio de 2016
Limpieza de armarios
Recordaréis que cuando leí La magia del orden, el libro aquel de la japonesa obsesionada con la organización, estuve de acuerdo con que tenemos demasiados objetos que no utilizamos en casa y que sólo sirven de estorbo. Por fin me decidí a hacer una gran limpieza de armarios. No ha sido tan exhaustiva como quería porque Pedro prefirió que no tocara sus cosas. Menos mal que conté con la ayuda de mi ahijada Laura. En un par de horas vaciamos los armarios y las estanterías, incluso cajas que tenía con ropa, y estuvimos desechando aquellas prendas que hacía tiempo, décadas incluso, que no me ponía. Llegamos a llenar ocho bolsas de basura grandes. No sabéis qué gran peso me quité de encima. Y lo bonitos, ordenados y vacíos que están mis armarios ahora.
No sé si con el tiempo me arrepentiré de haber tirado algo, la verdad es que lo dudo. Quizá cuando llegue el invierno me vuelva loca buscando alguna prenda de la que no recordaré que acabó en una bolsa de basura. Incluso creo que debería hacer una lista con aquello que ya no volveré a encontrar, pero me da miedo de que sea contraproducente. No sé porque pongo la tirita antes de producirse la herida cuando lo cierto es que me he quedado muy a gusto.
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