Sinopsis:
Año 1889, La Rioja. Hay quien dice que una maldición se ciñe sobre los viñedos, secos desde hace años, de la finca Las Urracas. Mientras las grandes bodegas de la región comienzan su edad dorada, Gloria -la joven hija del propietario- languidece en la vieja mansión familiar, viendo aproximarse otro otoño sin cosecha. Con la ayuda de sus hermanas, Gloria luchará por recuperar el esplendor de sus viñedos, al tiempo que se adentra en los secretos que esconden las habitaciones cerradas y los campos muertos de Las Urracas. Bajo la sombra de una maldición que solo al final sabremos si es cierta, las mujeres de esta novela lucharán, sin miedo a nada ni a nadie, por el poder que les pertenece.
Tengo este libro desde hace unos meses cuando me tocó en un concurso de internet. La obligada cuarentena ha sido la ocasión propicia para abordar sus 558 páginas.
Desconocía a la autora, Alaitz Leceaga, y me ha sorprendido agradablemente su talento creativo para elaborar un universo de personajes femeninos y situaciones que remiten a la mejor novela gótica del siglo XIX, con pinceladas de realismo mágico.
Esas mujeres, poderosas por dentro, han de luchar contra el patriarcado brutal de la época, infinitamente más opresor que el actual, que al menos tenemos igualdad ante la ley. Para llegar a ser algo en la vida, tenían que "desobedecer" a maridos, hermanos o cualquier autoridad masculina. Por eso era tan importante la sororidad, el apoyo mutuo entre mujeres para sobrellevar las vejaciones. Reunirse para "cosas de mujeres" les resultaba el único alivio.
Entre el colectivo femenino, la novela recalca la importancia de la mujer en el mundo rural, el pilar invisible que lo sostiene sin que sea reconocida.
Además, me ha recordado mi viaje a La Rioja y la visita a una bodega, donde nos explicaron el proceso de producción del vino, como se describe en el libro.
La novela no aburre en ningún momento ni se hace pesada, así que le seguiré la pista a la autora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario