Sinopsis:
Cuando una desconocida afirma algo inconcebible sobre su mujer, el padre de familia Adam Price se ve envuelto en un misterio mientras busca respuestas. De repente, una inesperada trama de secretos obligará a Adam a lanzarse en una misión desesperada para descubrir la verdad sobre sus seres más cercanos.
Tenía descargada la serie desde cuando se estrenó en enero y por fin me puse a verla. Como en casa de mi hermana, donde estoy confinada, hay Netflix, la vi por allí. Empecé una tarde y, casi en un suspiro, ¡vi seis episodios seguidos! En un intento de recobrar la cordura, dejé los dos capítulos restantes para el día siguiente.
Con ello os podéis figurar lo interesante que encontraba la trama y sus múltiples ramificaciones, esa red de relaciones personales que se van desentrañando conforme avanza el metraje. Creo que el visionado continuo es muy adecuado para una serie con tantos misterios como esta, porque de lo contrario (por lo menos en mi caso) muchos detalles importantes se me habrían pasado.
Uno de los villanos lo deduje a la mitad de los episodios más o menos. Al otro, en cambio, me costaba tomarlo en serio desde que se me encasquetó que se le parecía al cómico Joaquín Reyes disfrazado.
Aparte de eso, aún no he mencionado que el primer aliciente es el atractivo Richard Armitage en cuyas anchas espaldas recae el peso de la trama.
Para concluir, al hilo del argumento, soy partidaria de mantener ciertos secretos y creo que la sinceridad en algunos casos está sobrevalorada, sobre todo cuando puede causar daños. De ello he hablado muchas veces con mis amigas y saben que esa es mi postura, equivocada o no.
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