Sinopsis
La historia explora una realidad alternativa dentro de la serie del famoso superhéroe en la que el bebé Kal-El aterriza en la Unión Soviética y no en los Estados Unidos, lo que convierte a Superman en un icono de los valores soviéticos de la época, tales como el comunismo y el expansionismo.
El confinamiento por el estado de alerta me hace vez películas de muy diversa tesitura. No las voy a contestar todas, porque la mayoría no me inspira nada interesante que comentar. De modo que me limitaré a unas pocas.
Sin ser muy aficionada a la animación, me llamó la atención el cartel de esta película. La premisa es curiosa: ¿y si Superman hubiera aparecido en la Unión Soviética en lugar de los Estados Unidos? Se habría consagrado a la defensa del régimen stalinista, claro está, hasta que los americanos, cómo no, le abriesen los ojos a los horrores de la dictadura soviética.
No seguí con excesivo interés la trama, lo confieso, y no me enteré muy bien de qué pintaban por allí Wonder Woman, Batman o los Linterna Verde. Lo que sí me encantó fue la recreación de la estética soviética, tan propia de los carteles de la época en aquella zona, al igual que los edificios públicos faraónicos de líneas rectas y aspecto tan imponente y gigantesco como impersonal.
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