Sinopsis:
Gabriela Margall pinta un fresco extraordinario de una época violenta, decisiva. Un escenario perfecto donde se gestan tanto la historia grande como la cotidiana, la secreta. Esa que se borda en la intimidad de las cocinas, las tertulias, las alcobas y las almas.
Es la segunda novela que leo de Gabriela Margall tras Ese ancho río entre nosotros. De largo, me ha gustado mucho más el que reseño hoy, que el otro no pasaba de una novelita romántica con ínfulas de erótica.
Sin ser de calidad extraordinaria, al menos tiene un trasfondo histórico de la Argentina decimonónica, de la que no tengo la menor idea. El abanico de personajes es más amplio y abarca un mayor espectro social. Por eso puede tratar subtemas como el racismo con los sirvientes de color o de origen indígena. O el clasismo con los trabajadores, o incluso entre los estratos dominantes.
Aun así, no creo que repita con esta autora.
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