Sinopsis:
A un joven y ambicioso agente del FBI le encargan investigar a la estrella de cine francesa Jean Seberg, cuando la actriz se ve envuelta en el tumultuoso movimiento por los derechos civiles a finales de la década de 1960 en Los Ángeles. La relación de Seberg con el activista de los derechos civiles Hakim Jamal la convirtió en blanco de los despiadados intentos del FBI de interrumpir, desacreditar y exponer el movimiento del Black Power.
Confieso que no conocía apenas nada de la actriz estadounidense Jean Seberg, a excepción de que coprotagonizó con Jean Paul Belmondo À bout de souffle, joya de la Nouvelle Vague, lo que provocó que en Francia la adoraran.
Vivió en los años 60 y adoptó los aires rebeldes de la época desde un acto simbólico como llevar el cabello muy corto (me encanta, lo adoptaría si no fuese porque me recuerda al de Terelu Campos) al más guerrero de apoyar a los Panteras Negras, movimiento revolucionario en pro de los derechos de la raza negra. Esto fue lo que provocó el interés del FBI por ella.
Qué difícil era ir en contra del establishment, más al tratarse de una mujer empoderada aun estando casada. Las mentes bienpensantes, empezando por el FBI, se cebaron con ella.
Reconozco que Kirsten Stewart, que no es santa de mi devoción, está a la altura del papel. Lo curioso es que, aunque la acción transcurre a lo largo de unos años, siempre lleva la misma manicura. ¡Y a mí que apenas me dura unos días!
No hay comentarios:
Publicar un comentario