lunes, 10 de febrero de 2014
Yo fui a EGB
Sinopsis:
Un recorrido nostálgico por los usos, las costumbres, las marcas, los programas, las canciones, la comida, etc., de una época que marcó a varias generaciones de españoles. Si aprendiste los ríos y las cordilleras mientras mordisqueabas una goma Milán, si comiste empanadillas en Móstoles, si estabas entre dos tierras y no encontrabas el sitio de tu recreo, si para ti el tiempo era oro y jugabas al precio justo, seguro que fuiste a EGB.
Si llevaste hombreras o te echabas laca Nelly, si el primer libro que leíste fue El libro gordo de Petete, si tu primera lágrima fue porque Marco no encontraba a su madre, si el primer polo que te comiste fue un frigodedo, no hay duda de que tú también fuiste a EGB.
Los pitufos, Naranjito, Parchís, ET, las chapas, el seiscientos, Orzowei, los minerales, los gusanos de seda, los rotring, la teleindisdreta, la abeja Maya, los lagartos de V, la Botilde, The Final Countdown... Todos los que fuimos a EGB sabemos que hay mil historias que contar y estamos deseando retroceder en el tiempo para recordarlas todas en un libro totalmente ilustrado y escrito por los autores del exitoso blog Yo fui a EGB.
Operación nostalgia con el libro Yo fui a EGB. Sonrisa permanente ante tantos recuerdos que creía olvidados, de la escuela, del hogar, de juegos, de chuches, de vida cotidiana,.. El único inconveniente es que la EGB abarcó desde los setenta hasta los noventa, por lo que ciertos referentes me pillaron mayor. No os comento más porque en la sinopsis os podéis hacer una buena idea.
Disfrutable, en suma.
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5 comentarios:
Yo sigo ese libro en Facebook, hay algunas páginas parecidas como "Acuérdate".
mithings soy yo, es que me he equivocado y he puesto la otra dirección con la que intenté una vez iniciar un blog. Tampoco se por qué ha salido dos veces.
Seguro que es una lectura divertida y entrañable. Para gente como nosotros, aquellos fueron buenos tiempos, pero seguro que los chicos de ahora no concebirían cómo nosotros éramos felices con unas tecnologías tan absolutamente primitivas. Recuerdo un monólogo (creo que era de Dani Mateo, pero no me hagáis mucho caso), en el que hablaba sobre cómo vivir en una era de altas expectativas y no menos sonadas frustraciones, nos marcó a todos. Estaba muy bien cuando hablaba de los videojuegos. Un chaval de ahora, decía, ve la portada de un videojuego, con un marciano echando fuego por las pupilas mientras se dispone a atacar una nave espacia; pues bien, descarga el videojuego y ¿qué sale en la pantalla? Un marciano con fuego en las pupilas mientras se dispone a atacar una nave espacial. En cambio él, un chaval crecido en los gloriosos ochenta, se compraba un videojuego en cuya portada salía un marciano con fuego en las pupilas, etc., etc. y ¿qué veía cuando por fin, tras cuatro interminables horas, descargaba el juego? Un cuadrado verde y otro rojo luchando entre sí. Además, esos videojuegos, aseguraba, eran de los de cinta. ¿Pero cinta... cinta como las de los cassettes?- se preguntaba el incrédulo oyente joven. "Cinta, cinta" confirmaba él, contundente.
No importa el lugar, esos 70's 80's y 90's traen los mismos recuerdos.
Como etapa de mi vida, sin duda, mis primeros diecisiete años, fue extraordinaria y fantástica.
Sabemos que no volverán esos recuerdos a repetirse...pero porque nos acompañan diariamente.
Como con todo lo bueno que hemos vivido, con nosotros se irán.
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