El sábado pasado en la parroquia hubo un concierto de música clásica a cargo del cuarteto Lucentum, compuesto por un violonchelista (paisano mío), un violista y dos violinistas.
A pasar de que la música clásica es un de las mayores (y muchas) lagunas que tengo en mi formación, no hace falta ser un experto para disfrutar de piezas de Mozart, Bach, Turina, Albinoni o Pachelbel, que nos suenan por la publicidad sobre todo (bemoles tiene la cosa, nunca mejor dicho), en especial con la acústica del templo.
Una preciosidad de concierto. Una experiencia de iniciación a la mística, casi.
1 comentario:
Lo clásico deleita los sentidos y alimenta el alma.
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