jueves, 20 de octubre de 2016

Hasta siempre, José Tomás



El sábado asistí a la misa de despedida de José Tomás, nuestro cura párroco desde hace seis años. Aquí os hablé entonces de su llegada, lo que hace que me parezca mentira que haya pasado ya tanto tiempo.

Fue una misa muy emotiva y la iglesia estaba repleta como las grandes ocasiones; por supuesto, no faltó el coro parroquial para acentuar el tono solemne, y él estaba realmente emocionado. Con las palabras “no me voy, me llevan”, nos dimos cuenta del dolor que sentía al marcharse, pero es requisito de sus votos de obediencia que el obispo disponga de él. Espero que su sustituto no le ande a la zaga. Difícil lo tendrá porque ha dejado el listón muy alto: el templo nunca ha estado tan espléndido en cuidados y en las numerosas restauraciones de piezas patrimoniales que hasta entonces yacían olvidadas. Ha hecho parroquia con multitud de actividades como exposiciones, peregrinaciones, viajes, excursiones, obras de teatro donde sobresalía su vis cómica, participando en fiestas de barrio y, algo que me conmovió desde el primer día, acompañando en el tanatorio a las familias de los difuntos.

Personalmente en estos seis años ha bautizado a mis sobrinitas Lucía y María, celebró el centenario de mi tía Concha, que en paz descanse, fui la madrina de confirmación de mi ahijada Laura y me hizo el inmenso honor de proponerme ser la pregonera de las fiestas de la Virgen de la Paz, nuestra patrona.

Que Dios lo acompañe en su nueva andadura en Alicante.

1 comentario:

carolina dijo...

Cuando un párroco hace bien su trabajo, deja huella en la gente, sea o no creyente. Parece que en el caso de José Tomás es lo que ha ocurrido. Qué lástima que le trasladen justo cuando estaba ya perfectamente aclimatado a vosotros y viceversa. Espero que el obispado sepa lo que hace.