martes, 22 de diciembre de 2009

Merienda escolar del día de mi santo


Para combatir el frío reinante, el otro día ofrecí a las señoras mayores a las que doy clase la merienda pendiente del día de mi santo. Mi hermana tuvo la bondad de prepararme una olla de calentito chocolate a la taza, y con el panetone, las toñas y el surtido de galletas que llevé merendamos opíparamente. Para ayudar a la digestión, sidra al coleto. Pasamos un rato estupendo, que no todo tiene que ser estudiar.

5 comentarios:

Juanfra dijo...

Faltaban los churritos, salvo que le llameis toñas ahí o panetone.

carolina dijo...

Dí que sí, Conchi. Hay que entonarse bien para estas fiestas. Además, los ratos de ocio, buen humor y mejor comida en clase en realidad ayudan mucho. Si el clima en el aula es bueno, los contenidos se imparten mejor y los alumnos están más dispuestos a aprender. Y además, ese chocolate tiene pinta de estar de muerte. Buen provecho.

ana dijo...

Yo digo lo de Juanfra, ¿ y los churros?

ana dijo...

Yo digo lo de Juanfra, ¿ y los churros?

Mari Pau dijo...

En Agost es tradición el chocolate con toña, que es un pan de huevo dulce.