El jueves fui al Teatro Principal a ver Santi Millán Live!, un monólogo lleno de humor fresco y original, efectos audiovisuales, interacción con el público y alguna canción que otra. Una noche inolvidable de humor al más puro estilo del popular showman. Muy mal lo tendría que haber hecho para que no me gustase este hombre que me tiene camelada con ese papel un poco chuleta y ligón. Incluso he soñado con más de una vez, como ha quedado constancia en este blog. Me dejó aun más rendida tras su actuación. Es un pedazo de actor con tantas tablas que domina el escenario y el contacto con el público. Y qué gracioso es el jodío. Lleva un buen guion de base, es evidente, pero no sería la mitad de cómico sin su carisma. He estado unos días dándole la tabarra al pobre Pedro contándole fragmentos de los monólogos que me venían a la memoria. Se me olvidaba comentar que lleva como telonero a Javi Sancho, un monologuista la mar de divertido también.
Como hilo conductor, Santi bromea acerca de su sueño de ser una estrella de la canción así que finalmente se decide a estrenar un gran espectáculo para llevar al teatro tres de sus grandes pasiones: la música, el sexo y el humor. Hay mucho sexo, en efecto. Habla incluso, por poner un ejemplo, de 50 sombras de Grey, libro que han comprado millones de mujeres, como el de la dieta Dukan, “con la diferencia de que en el primero se puede comer de todo”. Y con tanto hablar de sexo, no evitó referirse al suyo propio: “Los rumores son verdad. ¿No veis el pedazo de nariz que tengo?” Para empezar, de rumores, nada. Servidora se lo ha visto en varias películas y destaca, ya lo creo que destaca.
Al acabar la función ya era tarde. Pensé en esperar a que saliera Santi para hacerme una foto con él pero desistí al ver que había ciento y la madre con el mismo propósito. Para estos casos, lo ideal es pescar a los actores antes de la representación, lo que no pudo ser por tratarse de jornada laboral y no disponer de tiempo. Otra vez será. Porque si regresa con otro espectáculo, pienso repetir.
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