El sábado no vi Eurovisión porque fui con Mari Pau a la Casa de Cultura, a la representación teatral de Els Matariles, un sainete cómico en valenciano. Por un donativo de 5 € para arreglar el suelo del colegio concertado La Milagrosa pasamos un rato divertidísimo. Para ir abriendo boca, un coro infantil y dos números de ballet, de alumnos de la escuela.
Los integrantes de la compañía de teatro son aficionados locales, con el cura a la cabeza. Qué vis cómica tiene ese hombre, por Dios, qué gran artista se ha perdido la escena nacional. Todos le ponen mucha voluntad y, como son conocidos, valoramos más el esfuerzo y nos hace más gracia el resultado.
2 comentarios:
La comicidad alimenta el alma, hay que sonreir más seguido.
Pues parece que tenéis un párroco muy marchoso y polifacético. Así da gusto. No como otros que yo me sé. :(
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