sábado, 14 de octubre de 2017

The Child in Time



Sinopsis:
La historia sigue a Stephen Lewis, un escritor de libros infantiles, en un sábado como cualquier otro su vida da un giro de 360 grados. En una visita rutinaria al supermercado Lewis pierde a su hja Kate, de cuatro años.
Desde ese momento, en vez de preocuparse por encontrarla, se hunde en whisky escocés y se sumerge en su casa. La relación con su esposa Julie decae por momentos, hasta el punto de no vivir juntos. La ficción es un recorrido de lucha, dolor y consumo mental, pero todo puede llegar a triunfar de nuevo.

Se trata de una producción de la BBC sobre las consecuencias en un matrimonio de la desaparición de una hija pequeña. A excepción de un par de escenas breves de llanto, la contención de los personajes me parece tan británica que me cuesta de creer desde mi punto de vista mediterráneo o latino, más dado a los gritos y a las escenas desgarradas. Quizás es un intento de desmarcarse de los telefilmes de sobremesa de secuestros de menores. Por otro lado, supongo que es verdad que el tiempo, si no cura, al menos amansa el dolor y propicia la resignación.


Existe una línea argumental secundaria sobre la infancia perdida cuya conexión con la principal no acabo de entender.

Por las fotos ya habréis deducido que mi interés en este drama doméstico reside en la presencia de Benedict Cumberbatch, un actorazo que lo mismo interpreta a Hamlet que a un superhéroe marvelita. Este papel es el más cercano a él en el espacio y en el tiempo. Tanto, que diría que viste su propia ropa. No sería de extrañar pues es también productor y ya se sabe que la libra es la libra.


Lo importante, sin embargo, es la composición interpretativa de un hombre torturado emocionalmente que intenta sobreponerse a la pérdida de una hija, a la carga de la culpa de haberla descuidado, y, lo que quizás sea peor, al desconocimiento de qué ha podido ser de ella. ¡Qué bien llora este hombre, por favor! Y qué guapo está aunque no sonría.


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