viernes, 6 de septiembre de 2013

Disparatado asesinato en el Upper East Side


Sinopsis:
Daphne es la típica solterona; 36 años, vive con su gata, se alimenta de conservas, es adicta a los seriales, padece de soledad crónica, detesta los niños, es maniática y está profundamente amargada. La máxima emoción en su vida es que la programación televisiva cambie sin aviso. Reside en Manhattan y trabaja como documentalista en una revista de moda, su sueño es llegar a ser redactora.

Un día yendo hacia su trabajo se encuentra con Billy, la persona que le rompió el corazón veinte años atrás. Decidida a dejarle claro el daño que le hizo, y deseosa de recibir la explicación que en su momento no obtuvo, acude a su oficina para hablar sobre el asunto y horrorizada presencia su asesinato.

A partir de ese momento la vida de Daphne se convierte en un torbellino descontrolado de extrañas situaciones y absurdos embrollos a los que hace frente junto a sus amigos en una disparatada, surrealista e increíble aventura.

Atrévete a sumergirte en esta fabulosa historia que mezcla a la perfección enredos amorosos, un sinfín de misterios y una increíble verdad que te mantendrá enganchado hasta su última página. ¿Cómo se las habría arreglado Jessica Fletcher si hubiese tenido que resolver un asesinato en una semana de regla?

Conforme se acerca el final del verano y, por consiguiente, de mis vacaciones, hago balance y observo lo poco que he leído en comparación con los anteriores. Tampoco es que haya visto muchas series o películas ni mucho menos me he dedicado al blog. Me pregunto qué he hecho con mi tiempo libre…

Mejor hablo del libro. Miriam Lavilla, mi querida amiga escritora, me habló muy bien de esta novela y, como colmo de amabilidad y generosidad, me la regaló, nada menos que dedicada y firmada por su autor, Carlos Pérez de Tudela.

La trama es tan divertida y alocada como corresponde al género de la chick-lit, de la que bebe sin complejos, en especial de la matriarca Marian Keyes, a quien homenajea con un personaje. A los que quieran destacar todos los tópicos en los que incurre les diría que la gracia los supera.

Con todo, algo me impidió disfrutar de la trama: la cantidad de errores ortográficos que contenía, muchos de tildes mal puestas, otros de haches ausentes y la aberración de confundir la locución adverbial “sobre todo” con “sobretodo”, que es el nombre de una prenda de vestir. Me hacía daño a los ojos ver despropósitos así. Llamadme exagerada si queréis, pero no lo puedo evitar. Deformación profesional quizás.

Me pregunto si las editoriales, incluso las más pequeñas, no tienen un editor de estilo encargado de pulir posibles errores sintácticos, gramaticales u ortográficos. Es el mínimo respeto que nos merecemos los lectores.

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