sábado, 28 de septiembre de 2013

Un día fueron inseparables (III): El cine casero familiar.

 La verdad es que en mi casa nunca han faltado chismes de éstos: recuerdo el primero que tuve llamado así algo como "cinenit" que era un proyector cuya bombilla era igual que la de alumbrar las habitaciones en las casas. Ese proyector se podía considerar como el cine en sus orígenes, nada de celuloide, las películas eran un rollo de papel no sé de que material con los muñequitos dibujados a mano y se pasaba manualmente proyectándose en la pantalla. Los de mi quinta seguro que a lo mejor lo recordáis. También tuve el
 cinexin, el cine sin fin con películas de Disney de Donald y Mickey que nunca terminaban, siempre volvían a empezar desde principio. Recuerdo el cinemax, ese ya era más común con rollos de película, recuerdo especialmente una que mis padres me compraron en Galicia de "Frankenstein y el Hombre Lobo", una película muda resumida en tres minutos. Actualmente he conseguido esa película en DVD, sonora claro está, y es una obra maestra el papel de


Frankenstein lo interpreta Bela Lugosi y Lon Chaney Jr, hace del hombre lobo. Y aún tenemos ahí de pieza de museo el proyector Super 8 de papá y el tomavistas para rodar las películas familiares como la de mi comunión, días de campo, boda de fulanita, reuniones familiares, etc. Bueno, como anécdota contaré que sirvió hasta ver películas picantes allá en la España cuando agonizaba el franquismo. A un amigo de mi padre se las prestaban "de tapadillo" y organizaban reuniones de hombres para ver aquellas "cosas" que por entonces no se veían como ahora. Por descontado que mi madre y nosotros que éramos pequeños teníamos que irnos a casa de los abuelos o de los titos, si es que era en mi casa, otras veces se iban a un bar "a puertas cerradas" con el riesgo que suponía en aquellos tiempos hacer una reunión de gente en un sitio cerrado sin el oportuno permiso de las autoridades, aparte de lo que veían estaba prohibido.. Y de aquí pasamos al HOY DIA: Bueno, pues primero que las películas picantes ya apenas llaman la atención, salvo para los muy salidos. Hoy esas cosas se ven hasta asomándote a la ventana del patio. Y respecto a las películas familiares caseras después vino el vídeo con sus cámaras que le metías la cinta VHS o Beta. Después los formatos V8 y VHS-C (cintas pequeñitas que todo el mundo las pasaba después a cintas convencionales), después el DVD pequeño y lo que más se lleva hoy: el disco duro, de más o menos gigas de capacidad, dependiendo del modelo de la cámara que directamente se conecta al televisor y no supone el fastidio de preparar la mesa, poner la pantalla de proyección y después guardarlo todo. Pues hasta el próximo capítulo y último que tratará de... creo que está claro, algo que ha evolucionado desde los tiempos de las películas verdes de tapadillo a éstos.




3 comentarios:

Johnny dijo...

Qué recuerdos!!!! Recordar es vivir.

Conchi dijo...

Mi sobrino tenía un cinexín con un corto del pato Lucas que vimos miles de veces.
Como preludio de los vídeo clubes había sitios donde alquilaban pelis en súper 8. Mi cuñado me alquiló "Fiebre del sábado noche" y ni os cuento cuántas veces la vi en un fin de semana.
Seré rara pero me gustan más las fotos que los vídeos familiares.

Mari Pau dijo...

Yo de pequeña disfruté con él como una loca pero de mayor no me gustan las video cámaras ni tampoco mucho las fotos.