Sinopsis:
Beto, un joven arquitecto paisajista, llega a las costas de Múnich en medio de un naufragio vital y sentimental. Invitado a participar en un concurso que podría solucionar sus perspectivas de futuro, ha llegado acompañado por su novia. Pero, casi al instante, su estancia en Alemania se convertirá en una comedia humana. Bajo el destello de un relámpago, que es exactamente lo que significa la palabra blitz, tendrá que afrontar un cambio de vida y de ideales. Llena de emotivas instantáneas del amor perdido, bajo una escritura afilada por el sentido del humor, los personajes parecen deslizarse dentro de un reloj de arena. Porque será la reflexión sobre el discurrir del tiempo lo que conduzca al protagonista hacia una mujer de otra edad, Helga, en un encuentro intergeneracional que es el corazón del relato.
Vi este libro en la biblioteca y no dudé en llevármelo porque el anterior que leí de David Trueba, Saber perder, me emocionó y me encantó. También influyó el hecho de que no llegase a las 200 páginas, que todo hay que decirlo. Me gusta alternar relatos extensos con otros más breves, que no por ello son peores. Reivindico que los buenos libros no se escriben a peso.
Pasada la digresión, vuelvo a Blitz. Aprecio que la historia vital de desamor, de amor en ciernes, de creatividad, está narrada por una voz masculina, cuando parece que los sentimientos sean patrimonio femenino. Me ha tocado cómo un joven treintañero se enfrenta a una relación con una mujer de cincuenta y tantos, a la que me voy acercando por edad. Tranquilos, que no tengo intención de cambiar de pareja.
Como telón de fondo, la crisis económica y la fuga de talentos jóvenes a Alemania en busca de oportunidades laborales.
Seguiré atenta a la carrera literaria de David Trueba.
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